Los poemas de este blog son del poeta Javier Villegas Fernández y tienen derechos reservados de autor.

jueves, 28 de octubre de 2010

Sueños de un Ängel de María Belén Muñoz

María Belén Muñoz, poeta nacida en El Carmen, provincia de Manabí- Ecuador-

Sueños de un Angel: Poesía para no dejar de ser niños

Javier Villegas

"El mejor hombre no es nunca el que fue menos niño, sino al revés, el que al pisar los treinta años encuentra acumulando en su corazón el más espléndido tesoro de su infancia".

José Ortega y Gasset.

Cuando a Mercedes Calvo, maestra y poeta uruguaya, ganadora del Premio Hispanoamericano de Poesía par Niños 2008, que organiza La Fundación para las Letras Mexicanas, le preguntaron ¿Cuál es el reto al escribir poesía para niños?, ella respondió; “No cerrar la puerta, ni dejar de ser niños”. Es que el poeta es un ser que conservó los ojos de niño, el alma de niño, y desde ese niño trasciende, porque no ha abandonado la capacidad para el asombro, la sensibilidad y el espíritu de la improvisación. Es que el concepto de infancia no se reduce a una etapa en la vida del hombre sino a un estado de alma, como es el ser niño: plenos de maravilla, creencia y alborada.

La poesía es una gran posibilidad de compartir con los niños la idea de un mundo sencillo, profundo y misterioso, y con nuestra participación, puede llegar a ser mejor y más bello aún. Los poemas están cargados de metáforas: de imágenes que invitan a jugar, descubrir, interpretar, imaginar y proponer nuevas imágenes. El lenguaje de la poesía es lúdico y a la vez misterioso. Invita al juego y a la conquista.

Escribir para niños no es una tarea fácil, eso lo han reconocido connotados escritores; sin embargo, María Belén Muñoz, consciente o no de esta enrome responsabilidad, nos entrega su primer libro de poesía para niños, porque ella sabe que la poesía nos acerca a la belleza, que provoca en el ser un estado de placer, armonía y asombro al mismo tiempo, porque como bien lo sostiene Hugo Montes en su libro “Poesía y Educación”: “La belleza procura placer y esparcimiento, satisface la necesidad lúdica que hay en el ser humano”.

En los poemas que nos entrega María Belén Muñoz, en su libro “Sueños de un ángel”, impone su visión personal, crea vínculos para que el niño vuelva la mirada a la realidad y al mundo de sus sueños,. Sus poemas son plásticos, breves, sugerentes, sin situaciones complejas, con cierto lirismo que no evade las circunstancias cotidianas, a las cuales siempre estará vinculado el niño, de manera directa o indirecta. Por que María Belén entendió como lo hace Rafael Olivares Figueroa, que infantil es una poesía no porque está dirigida a los niños, "sino porque está impregnada de esencias infantiles, y a veces sólo por su acento, por su gracia, por su ingenuidad, por su leve sabor de cosa primitiva, porque no se trata de descifrar la poesía sino de sentirla".

Los poemas de María Belén Muñoz están hechas para sentirlas, para gozarlas, para tejerles a los niños un mundo de fantasía y de magia, en estos momentos en que el pragmatismo y la liviandad invaden nuestro mundo espiritual

Los niños son poesía; y hay que dar poesía a la poesía, como hay que dar amor al amor. Por ello auguramos que seguirá empeñada en producir nuevas entregas, para que la poesía sea regocijo y fiesta en el espíritu de quines tengamos el privilegio de leerla.

Selección de poemas de María Belén Muñoz

La niña

Vestida de blanco marfil,
con alas de un ángel sereno,
renacen las ternuras del invierno,
se despierta, canta y juega
la niñita de los sueños.

Con su vestido blanco de princesa,
y su gatito de la infancia,
te has marchado lejos de casa
con tu camita hecha de nubes,
custodiada por las hadas.

El Sueño de Lolita

Lolita tenía un sueño,
y deseos de jugar,
estaba muy enferma
y en su casa no había juegos para armar.
De pronto, desde el cielo muchos rojos,
entre verdes y amarillos
se lanzaban a jugar….
un columpio hecho de nubes,
la invitaba a pasear…
desde el cielo, hasta la tierra… sonreía sin parar.

Desde entonces, la Lolita… triste!... ya no está.
Se consuela con la nueves que la invitan a jugar.

Salgamos a Jugar

El día amaneció,
y a los niños invitó,
en la inmensa ciudad,
las pelotas, mis amigos y san-son,
Invitados siempre están…

Pepito te esperamos!
¡Salgamos a jugar!
Hoy comienza un nuevo día,
es momento de jugar…

sábado, 2 de octubre de 2010

LA ESCRITORA ECUATORIANA CARMEN VASCONES, Y LA FLAUTA... DE JAVIER VILLEGAS

Carmen Váscones. Escritora nacida en Samborondón, provincia del Guayas-Ecuador. Es una de las escritoras más prolíficas del Ecuador.

La flauta del agua de Javier Villegas

Por Carmen Vascones
(Guayaquil-Ecuador)

El poeta Javier Villegas celebra la imaginación. La magia desborda inquieta como naturaleza en el génesis . La creación entorna el espacio con espacios sorprendentes, donde las nubes, los animales, las frutas dejan su estela silabaria en recuentos de escenas y garabatos.

El niño corre divertido en la página que engendró el “atrapador” del tiempo y del juego.

El amor se aromatiza, evoca al pistilo, en picos de “rondaflor” el polen danza. ¿Los pequeños desplazan al narrador o es la misma presencia del poeta niño aliado para siempre a esa presencia que es un presente llevadero de la infancia del ser?

La palabra sembrada en el jardín de los sueños no asusta, permiten mirar a los ausentes sin temor. Algo así como la vida cuidada por jardineros que cultivan secretos que no puede responder la razón.

El sol parece una nota brillante en el canto del gallo, la alegría llueve como pandereta girando alrededor de la luna.

El tiempo parece sirena montada en caballito de mar aprobando y desaprobando los ensayos de la ronda. ¿Quién no ha jugado alguna vez en su vida? ¿Por qué olvidar?

Sueño teje, sueños borda/ y la alegría del niño/ parece que se desborda”.
Las emociones parecen ventiscas y ventarrones saliendo por “La flauta del agua”.

Los habitantes del lenguaje orillan sus recuerdos, excavan en los silencios, indagan en las vivencias, sobrevuelan en letras mágicas, hablan con el campo, el río con todo y entre todos.

La palabra “anida en su voz la aurora”.

Los momentos se habitan y deshabitan con vuelos de golondrinas. Ellas vuelven con ofrendas de barro amasadas en la trompa del arco iris.

Red de cantos con plumillas de versos, pasos liberando al trompo del trajín que lo envuelve la piola, trotes de cansancio, y potrillos que vuelan y nadan en la memoria que empapa la alegría de la infancia.
¿Sabes de quién hablo? Si no, búscalos en la flauta del agua que “lleva un corazón alegre,/ tan alegre como el mío”.

Selección de poesías del libro "La flauta del agua"
(Libro publicado por el Fondo Editorial de la Biblioteca Nacional del Perú)

Colibrí

Ave diminuta,
veloz saeta,
paleta de colores
nunca quieta.

Sinfonía del grillo

Incógnito de día,
de noche guitarrero.
Monótona sinfonía
del grillo serenatero.

Canción de las olas

Caballitos de espuma
que galopan en el mar,
con jinetes invisibles
y lindas crines de sal.

En su líquida sinfonía,
parece la vida cantar,
cuando enrumban a la playa
sus casquitos de cristal.

El niño y el picaflor

El niño se entusiasmaba,
viendo que en el jardín,
un picaflor volaba.

Sueños teje, sueños borda
y la alegría del niño,
parece que se desborda.

Alegría sin medida,
la del niño, en el jardín,
tuvo inicio, parece no tener fin.

El pingüino

Lomitieso, con su levita,
etiquetero por naturaleza,
con su parsimonia nos invita,
a respetar sus aires de nobleza.

Es piscívoro el pingüino,
a vivir en el frío no rehúsa.
Es la Antártida su hábitat genuino
y su romance una noble excusa.

El eterno novio, fiel y santo,
de andar siempre quimboso,
en el agua mojará su canto
y en la orilla paseará orgulloso.

Caballo de azar

Galopa, galopa,
de distancias goloso,
galopa mi alazán,
ebrio y airoso.

Galopa, galopa,
vence al viento,
galopa mi alazán,
con tu contento.

Galopa, galopa,
caballo de azar,
lleva mi dicha
en tu galopar.

Cangrejitos guerreros

Soldaditos de la arena,
infantes de la mar.
Cuéntenme, ¿qué capitán
les enseñó a guerrear?

Llevan lista la coraza
y camuflaje especial,
su guarida es un hoyo
cavado en el arenal.

Cangrejitos guerreros,
vigilantes de la paz,
soldados sobre las olas
y en la orilla del mar.