Los poemas de este blog son del poeta Javier Villegas Fernández y tienen derechos reservados de autor.

viernes, 30 de marzo de 2012

Día Mundial del Libro Infantil y Juvenil


Día Mundial del Libro Infantil y Juvenil

Desde 1967, el 2 de abril se celebra internacionalmente el Día del Libro Infantil y Juvenil. Se seleccionó esta fecha en conmemoración del nacimiento del escritor danés Hans Christian Andersen (1805), quien fue el autor de varias decenas de cuentos de hadas. Quizás muchos de nosotros alguna vez hemos leído un cuento de Andersen.

Entre los cuentos más famosos se encuentran: - El patito feo - El traje nuevo del emperador - La reina de las nieves - Las zapatillas rojas - El soldadito de plomo - El ruiseñor - El sastrecillo valiente - La sirenita - y muchos, muchos más Al final de su carrera, Andersen había escrito más de 150 cuentos infantiles, lo cual lo establecieron como uno de los más grandes autores de la literatura mundial, y es conmemoración a él, que se celebra este día..

Cada año una Sección Nacional tiene la oportunidad de ser la patrocinadora internacional del Día del Libro Infantil y selecciona un escritor/a representativo y a un reconocido ilustrador/a de su país para que elaboren el mensaje dirigido a todos os niños del mundo y el cartel que se distribuye por todo el mundo, y se promueva la celebración en las bibliotecas, centros escolares, librerías, etc.

Cuento

Había una vez un cuento que contaba el mundo entero

Autor: Francisco Hinojosa

Había una ez un cuento que contaba el mundo entero. Ese cuento en realidad no era uno solo, sino muchos más que empezaron a poblar el mundo con sus historias de niñas desobedientes y lobos seductores, de zapatillas de cristal y príncipes enamorados, de gatos ingeniosos y soldaditos de plomo, de gigantes bonachones y fábricas de chocolate. Lo poblaron de palabras, de inteligencia, de imágenes, de personajes extraordinarios. Le permitieron reír, asombrarse, convivir. Lo cargaron de significados. Y desde entonces esos cuentos han continuado multiplicándose para decirnos mil y una veces “Había una vez un cuento que contaba el mundo entero…”

Al leer, al contar o al escuchar cuentos estamos ejercitando la imaginación, como si fuera necesario darle entrenamiento para mantenerla en forma. Algún día, seguramente sin que lo sepamos, una de esas historias acudirá a nuestras vidas para ofrecernos soluciones creativas a los obstáculos que se nos presenten en el camino.

Al leer, al contar o al escuchar cuentos en voz alta también estamos repitiendo un ritual muy antiguo que ha cumplido un papel fundamental en la historia de la civilización: hacer comunidad Alrededor de esos cuentos se han reunido las culturas, las épocas y las generaciones para decirnos que somos uno solo los japoneses, los alemanes y los mexicanos; aquellos que vivieron en el siglo XVII y nosotros que leemos un cuento en internet; los abuelos, los padres y los hijos. Los cuentos nos llenan por igual a los seres humanos, a pesar de nuestras enormes diferencias, porque todos somos, en el fondo, sus protagonistas.

Al contrario de los organismos vivos, que nacen, se reproducen y mueren, los cuentos, que surgen colmados de fertilidad, pueden ser inmortales. En especial aquellos de tradición popular que se adecúan a las circunstancias al contexto del presente en el que son contados o reescritos. Se trata de cuentos que, al reproducirlos o escucharlos os convierten en sus coautores.

Y había una vez, también, un país lleno de mitos, cuentos y leyendas que viajaron por siglos, de boca en boca, para exhibir su idea de la creación, para narrar su historia, para ofrecer su riqueza cultural, para excitar la curiosidad y llenar de sonrisas los labios. Era también un país en el que pocos de sus pobladores tenían acceso a los libros. Pero esa es una historia que ya ha empezado a cambiar. Hoy los cuentos están llegando cada vez más a rincones apartados de mi país, México. Y al encontrarse con sus lectores están cumpliendo con su papel de hacer comunidad, hacer familia y hacer individuos con mayor posibilidad de ser felices.

sábado, 24 de marzo de 2012

sábado, 3 de marzo de 2012

EL GNOMO SABIO (Cuento para niñoa)


El gnomo sabio


Allá lejos, muy lejos, en la espesura del bosque, había un pueblo cuyos habitantes eran diminutos, sus casas diminutas y sus voces diminutas. Eran tan pequeños, pero tan pequeños que la gente común no podía verlos ni escucharlos.


En ese pueblo de la jungla existía una escuela, cuyo maestro era el gnomo más antiguo, el más viejecito. Todos lo respetaban por ser el más viejo y el más sabio.


Cierto día, los habitantes de aquel lejano pueblo, estaban impacientes, querían saber qué era el aire, cómo estaba compuesto y para qué resultaba importante.


Por esta razón, todos acudieron a la escuela que estaba ubicada debajo de los árboles más verdes y frondosos del bosque.


Cuando los pobladores estuvieron reunidos, y en el momento en que reinaba el silencio más absoluto, el gnomo sabio apareció y dijo:


- Todos, exclusivamente todos tienen encendida la curiosidad de saber qué cosa es el aire, ¿es así, o no? - preguntó muy seguro.


- ¡Síiiiiiiiiiiiiiii! - gritaron en coro los gnomos más pequeños.


- En seguida les informaré: El aire, mezcla de gases que rodea la tierra, es conocida como atmósfera. Esos gases son: nitrógeno, oxígeno, carbono y vapor de agua – afirmó el gnomo que oficiaba de maestro.


-¿Existen todos en la misma proporción? – interrogó un gnomo que estaba sentado sobre las hojas de la oreja de elefante.


- No. De todos ellos el nitrógeno es el más abundante; le sigue el oxígeno, que resulta indispensable para respirar; luego está el carbono, producido cuando se quema algo, o lo expulsamos durante la respiración. Finalmente está el vapor de agua, que se vuelve líquido al contactarse con los objetos fríos, por ello empaña los cristales de las ventanas.


- ¿Y para qué es importante el aire? – manifestó otro gnomo ubicado sobre un hongo.


- El aire importa en la vida, para oler los aromas de los cuerpos, especialmente de esas lindas florcillas que nos rodean. El aire hace posible que insectos como los mosquitos y las libélulas vuelen; también posibilita el vuelo de las aves y ayuda a la polinización de las plantas. El aire es importante para la vida, sin aire puro y limpio no podríamos vivir.


Todos quedaron en silencio, pensativos. Hasta que el gnomo más pequeñito dijo:


- Desde ahora en adelante, tenemos la responsabilidad de cuidar el aire.

Siiiiiiii, siiiiiiiiiii…gritó la multitud de gnomos.


Como todos los asistentes quedaron complacidos, por las explicaciones del viejo gnomo, la escuela adquirió gran fama en todo el bosque y en los bosques vecinos.


Desde entonces, todos los animales de la jungla van a escuchar las lecciones del gnomo, que a medida que pasan los años se vuelve más viejo y más sabio.


© Javier Villegas (Perú)

De: “Matapishgos” (Cuentos para niños) - Inédito

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