Los poemas de este blog son del poeta Javier Villegas Fernández y tienen derechos reservados de autor.

jueves, 29 de abril de 2010

PROMOVIENDO LA LECTURA CON "SAPITO SAPÓN"

Al finalizar la sesión, la algarabía no se hizo esperar, porque la lectura debe ser una fiesta.(Abril, 28 de 2010).
El autor de Sapito Sapón", incentivando el amor a la lectura en niñas de 6 años.


Javier Villegas, leyendo su cuento "Sapito Sapón"

Javier Villegas y la maestra Carmen Zeña Santamaría, con alumnas del Primer Grado "B" de la I. E. "Sara A. BUllón", leyendo "Sapito Sapón".

A inicitaiva de las maestras Carmen Zeña Santamaría, Rocío Ayasta y Mirtha Anacleto, docentes del Nivel Primario de la I. E "Sara A. Bullón" de Lambayeque y como una forma de reconocer la valía de la producción literaria del maestro y poeta Javier Villegas, seleccionaron el cuento para niños "Sapito Sapón" para promover y desarrollar el Plan Lector institucional y generar en sus alumnas el hábito por la lectura.

El cuento "Sapito Sapón" de Javier Villegas, fue ganador del la II Bienal de Cuento y Poesía para Niños y Adolescentes, convocada por la Dirección Regional de Educación de Lambayque (DRE), de allí el valor que tiene este cuento para incentivar el amor a la lectura en los niños y niñas de la región y del país.

miércoles, 21 de abril de 2010

En Huancayo (Perú), desarrollando un Taller de Creatividad Literaria para maestros.

SUEÑOS

El caballito de mar,
no sabía galopar,
pero una noche de luna,
soñaba viajar en la puna.

Soñaba, sueños de agua,
echado en una malagua,
soñaba archicontento,
estar viajando en el viento.

Soñaba, sueños de sal,
en las flores de coral,
soñaba estar en la bruma,
con sus relinchos de espuma.

Soñaba viajar, viajar,
a la orbita lunar,
al espacio sideral,
a un lejano manantial.

Soñaba…, mucho soñaba,
soñaba mientras nadaba,
ser un corcel muy ligero,
el más ducho, el primero.

El primero, el más veloz,
que no se pareciesen dos,
ser el único en el mundo,
un caballo trotamundo.

Soñaba con lindas crines,
relinchar en los confines,
estrenar cabalgaduras,
tener cascos y herraduras.
Corcel de agua salada,
solitario y sin manda,
corcel de la profundidad,
soñador de inmensidad.

Soñaba con ser alado,
camarada del lenguado,
el pulpo, el calamar
y las estrellas de mar.

Soñaba atravesar,
caminos de tierra y mar,
pasar también el poniente,
viajar por los continentes.

El caballito de mar,
no sabía relinchar,
noche y día entrenaba,
soñaba, siempre soñaba.

martes, 20 de abril de 2010

LA IGUANA AMARILLA

D
Dibujo de William Ordoñez


En las rubias arenas
la iguana se asolea,
y ahoga sus penas
en la brusca marea.

Con bikini a rayas,
con bolso de raso,
camina por la playas,
que encuentra a su paso.

Estuvo en Punta Sal,
un día se fue más lejos,
la iguana tal cual,
con sus catalejos.

Se fue para Can Cun,
muy modosa, refinada,
llevó latas de betún,
y jamón en rebanada.

Llevó leche envasada;
para cumplir con su dieta,
también llevó una tostada,
la iguana pizpireta.

Muy contenta veraneaba,
debajo de su sombrilla,
y sus penas olvidaba,
miss iguana amarilla.

Visitó todas las playas
del Caribe y el Pacífico,
con su bikini a rayas,
su cepillo y su dentífrico.

La iguana presuntuosa,
jugueteaba en la arena,
no sentía mayor pena,
creía ser una diosa.

La diva de los mares,
la Reina de los balnearios,
quemaba los calendarios,
sin pena y sin pesares.

Reía, siempre reía,
de su pasado austero,
y su risa escondía,
debajo de su sombrero.

No era cualquier iguana,
era una iguana amarilla,
la iguana más lozana,
que paseaba en la orilla.

Se fue a playas lejanas,
la iguana paradisiaca,
con sus amigas, las ranas,
sus peinetas y su laca.

Se pintó la cabellera,
se hizo liposucción,
quería ser la primera,
¡Reina de su nación!

A otras playas marchó,
a bordo de un crucero,
a Ipanema llegó,
luego a Río de Janeiro.

Una zamba escuchó,
la iguana novelera,
y sin dudar se volvió,
iguana carnavalera.

En carnavales bailó,
y del baile se aburrió,
el mar era su pasión,
las arenas su atracción.

Volvió a ser playera,
se cansó del carnaval,
ahora, ¡quién lo creyera!
luce un hilo dental.

Se marchó a Copacabana,
acompañada de grillos,
para animar la caravana,
tocaban sus estribillos.

Del litoral brasilero,
llevó muchos regalos,
se embarcó en un velero,
a las playas de los galos.

Llegó a la playa de Cannes,
bronceada y muy coqueta,
seguía con sus afanes,
su bolso y su raqueta.

Conoció a los artistas,
una artista se creyó,
con su bikini de listas,
ciertas poses ensayó.

Nadie prestó atención,
a sus ensayos de artista,
se marchó a otra nación,
la iguana malabarista.

A la costa Vasca llegó,
no entendía el euskera,
muy pronto se marchó,
sin saludar siquiera.

En las playas españolas,
aprendió a ser tenista,
jugaba en grandes olas,
parecía una equilibrista.

Paseaba muy garbosa,
por todos los litorales,
la iguana vanidosa,
con su bolso y sus modales.

Recorrió por los balnearios,
que en el mapa figuraban,
hizo historia en los diarios,
que continuo entrevistaban.

No soy de aquí, soy peruana,
con orgullo aseveraba,
no soy miss, soy iguana,
de la costa morropana.

Soy amante del tondero,
el huayno y la marinera,
que se baila con salero,
en reunión jaranera.

Cansada de los balnearios,
de recorrer tantos países,
trajo en su bolso unos diarios,
que hablaban de su raíces.

Volvió flaca y arrugada,
con marcas de cirugías,
en su bolso una tostada,
para sus últimos días.