Los poemas de este blog son del poeta Javier Villegas Fernández y tienen derechos reservados de autor.

sábado, 5 de abril de 2008

POR QUÉ ESCRIBIMOS LITERATURA INFANTIL

Javier Villegas en la Universidad Técnica Particular de Loja (Ecuador)

Por qué escribimos Literarura Infantil.
Javier Villegas Fernández (Chiclayo, Perú)

Vivimos en un mundo sórdido, agobianteasombro abandonada y la imagen que el hombre tiene de sí mismo trivializada, como resultado de la influencia que ejerce la tecnología sobre nosotros .Vivimos la era de la globalización, que comprende la difusión de un nuevo paradigma tecnológico al mismo tiempo que la de los procesos productivos, los movimientos financieros, los cambios en los mercados laborales, los diseños organizacionales, las formas de gestión, la educación y las habilidades de la gente, los sistemas de información y de comunicación. Era de cambios acelerados y de profundos trastornos, era de la venta de falsas ilusiones, con lo que pretenden hacernos creer que ahora todos somos iguales en oportunidades económicas, políticas, sociales; iguales para alcanzar información, cultura, bienestar; iguales para disfrutar lo que la tecnología, esa hija más o menos bastarda, más o menos legítima de la ciencia, nos ofrece. y eminentemente consumista, en donde la sensibilidad ha sido embotada, la capacidad para el

Sin embargo, a la hora de la verdad, todo lo que nos dicen es totalmente diferente, porque a pesar de todo lo inventado, se ha fracasado para enfrentar cuestiones globales urgentes, como el hambre, los refugiados, los desplazados, los derechos humanos, el desempleo, la violencia real y simbólica, los problemas ambientales, la amenaza nuclear, la morbilidad y la mortalidad infantil, la explotación y el abandono material y espiritual en la que viven millones de niños en el mundo. Son estos problemas tan agobiantes para las generaciones de ahora y para muchas que vendrán durante el presente milenio, lo que nos motiva e impulsa a escribir literatura para niños.

Es la necesidad que sentimos los hombres que aún conservamos el alma de niño, de alimentar espiritualmente a las generaciones del tercer milenio a través de la literatura, lo que nos motiva e impulsa a producir literatura para niños, porque ellos son los depositarios, la esperanza viva y sensible para que el hombre del futuro sea más humano y solidario y, no como lo afirma el escritor peruano Danilo Sánchez Lihón, un ser utilitario, calculador y comercial en que se ha convertido como producto de las exigencias sociales.

Escribimos literatura para niños, porque es el único escenario donde el hombre es capaz de manifestar su capacidad para el asombro, de hacer que las cosas más trascendentes y las más “insignificantes” recobren su verdadero valor, porque en el mundo que nos rodea y rodea al niño no hay nada que no tenga alguna trascendencia, algún significado o alguna importancia para el hombre, que sólo por el embotamiento de su sensibilidad deja de verlo, de sentirlo. Sólo el asombro nos hace ver lo portentosas que son las hormigas por su fuerza y organización, sólo el asombro nos permite admirar los matices tan sutiles de una mariposa, el aroma de una flor, el trino de un ave. Sólo el asombro permite darnos cuenta cuán insignificantes somos los seres humanos a pesar de nuestro pensamiento y racionalidad.

Escribimos literatura para niños, porque sólo allí se pueden inventar mundos fantásticos, en donde todo es posible realizar, gracias a la fantasía, a la imaginación, que todo lo imposible lo vuelve posible, realizable, a través del enorme valor que adquieren las palabras cuando se les otorga categoría estética, ya que en la literatura para niños la realidad y la fantasía se complementan, se vuelven una armonía para penetrar con mucha sutileza en las zonas más recónditas del alma de los niños.

Escribimos literatura para niños con el convencimiento de que ellos son los seres a los cuales tenemos que reivindicar, porque como lo dijera José Martí: “los niños son la esperanza del mundo”. Por ello es urgente, vital, irrenunciable, que nuestra conducta frente a los niños sea totalmente distinta, para hacer del hombre un ser que tenga encendidas sus esperanzas, su capacidad de fabular, de imaginar, de asombrarse y de soñar; porque la vorágine consumista está matando lentamente la esencia humana, para convertirnos en seres insulsos, simples, incapaces de darnos cuenta de todos los peligros y amenazas que la nueva civilización está gestando sobre nosotros.

Escribimos literatura para niños, porque es necesario forjar la identidad del ser humano, como individuo, como ente social integrante de una nación con patrones culturales propios, los cuales se deben revalorar y defender ante la amenaza de la globalización cultural, en donde los seres humanos pasaremos a ser ciudadanos manipulables, influenciables, incapaces de reconocernos, de saber de dónde venimos y hacia dónde vamos.

Escribimos literatura para niños, porque es la única trinchera, desde la cual podemos disparar contra el egoísmo, la avaricia, el odio, el hambre y la insensibilidad que hoy gobierna nuestros espíritus, y no permite darnos cuenta que no sólo basta señalar estadísticamente el hambre, la explotación de los niños en el mundo, sino que debemos asumir acciones concretas y rápidas, porque la miseria material galopa y mata a miles de niños, galopa también la miseria espiritual y mata la esencia humana.


JAVIER VILLEGAS FERNÁNDEZ

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