PRESENTACIÓN DEL LIBRO “EL AMOR ES MÀS…” DE JAVIER VILLEGAS FERNÀNDEZ - LAMBAYEQUE 14 DE AGOSTO 2006
Dieciocho poemas le bastan a Javier Villegas para desnudar su temple de poeta neorromàntico. Poemas que destilan una sutil carga afectiva, que nos adentran en el alma perdularia de la edad en que los otoños se vuelven primaveras, en que el caldero de la pasión acrisola y sopletea pasiones.
Con un verso, diáfano, encandilado más de afecto, de palabras simples como el amor mismo, Javier Villegas nos entrega su corazón averiado y fortificado de dolorosas y flamígeras ilusiones.
Javier Villegas hace de los epitafios, acarameladas odas de amor, que cual elegía plañidera nos chisponea de rescoldor. En Javier Villegas el verso se vuelve deleznable, dúctil, con la predominaría del verso corto, entremezcla los heptasílabos, con los tridecasìalbos, que cual olas espumosas planea suavemente sobre los sentimientos, el corazón.
En el poeta la palabra, la emoción, la expresión se hace fácil, sin hacer tantas martingalas retóricas, llega desplumado, límpido y directo al corazón, es aquel que se desprende lo artificial, para entregarnos su ternura, su propuesta, sus mensajes que cual ventrílocuo hace hablar a las miradas, a los silencios, a las tarde, a los aromas, a los jardines al propio tiempo, convirtiéndoles en cómplices perfectos de sus confesiones de amor.
Hay en Javier Villegas una profunda implosión que canta y enseñoree al amor y a su edad, en su estación, en su umbral literario, mira de soslayo la vida, le canta cual odas al amor, encandila y encanta su mensaje sereno, sin la roñosidad sicalíptica no profana, entrega sus versos limpios sin coprolalia, sin exageraciones arrebatantes, es un verso calculado, reflexionado y apergueñado en los instantes del amor, de aquel amor que sin ser cucufato, expresa la grandiosidad del sentimiento, pero la sutileza misma de la palabra, calculada, exacta olorosa a ella, a palomas, a vientos, a plazas, a estrellas, a luna.
Javier Villegas, después de haber llenado y llenado el mundo de los niños de azules delirios e inocencias sin fin, vuelve rezongando y como poeta trashumante a deleitarnos en la etapa más evocable del ser humano: la adolescencia. En buena hora y en magnifica faena, él nos regala y nos dice “El amor es más".
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